Relato de la bella Rosa nº 3 al radiante Lirio nº 7

De la Rosa nº 3

(La que habita en la
Esquina de La Pradera,
cercano al Lago)

En La Pradera /Lago, a 10 de Abril de 2010

Querido Lirio (El nº 7 -aclaro-):

¡Oh, Lirio querido! ¡extrañado eres por esta pradera!, comprenda usted mis problemas al escribir, es que como aquí es otoño, mis hojas se ven amarillas y debiles, ¡Es productor de algo de dolor el escribir!.
Pasando al siguiente tema; te escribo para contarte lo sucedido en esta extraña Pradera (como también en el Lago), en la hora del té, con las tazas de porcelana (la número 11 y 9) mantuvimos una extensa conversación, la cual quiero que llegue a tus oídos (o a tus ojos en su defecto), sobre lo sucedido con el gran y viejo árbol de Roble (el número 2), ¡Oh este ha vuelto a entablar relación con la Margarita nº 6! y, ¡Hay! ¡que sus hijos e hijas se lo esperaban!, hubo diferentes repercuciones en cada uno de ellos, pero, ¡se anulaban al ver al Roble jovial y alegre como nunca!, sin dolores ni preocupaciones, como hace años.
Hoy el Roble había visitado a una de sus hijas (¿Ó había sido al revés?, detalles que se pierden, con importancia nula), y en efecto, no hablaron de la Margarita nº 6, pero si de su descendencia, y de sus "extrañas y mágicas pociones", ¡Oh, el Roble habló
maravillas de éstas! describióseles cómo "mágicas" y habló la mar de cosas en la que le habían
ayudado, su hija, no obstante, sabía que no eran "comunes", ó eran "demasiado comunes - poco
buenas", ¡el Roble negó rotúndamente lo que ella le había dicho!, y ésta luego le comentó a las
tazas de porcelana de su "constante asombro" de parte del susodicho, y lo mucho que éste la
sorprendía.
¡Oh, Lírio!, ¡Qué bello hubiera sido que te encontraras presente durante el relato de las tazas!, espero te encuentres excelente allá en el Parque, disfruta del sol, pero no lo tomes en exceso.
¡¡Qué tus pétalos crezcan hasta las nubes, Oh querido Lirio!
Atte, La Rosa nº 3.


P/D: Me ha contado el Tulipan nº 12 que las abejas en el parque toman mucho pólen (y no sin
poca confianza), así que no te sorprendas si no te piden autorización.